Estás comiendo bien? Ante la pregunta, muchos no dudaríamos en contestar que sí. Pero, al mismo tiempo, también afirmaríamos sentirnos constantemente con poca energía o que tenemos pequeños malestares que nos llaman la atención. Ante eso, es fundamental revisar nuestras comidas, determinar si nos falta un nutriente en particular y ajustar nuestro menú diario.
Acá van los signos más típicos.
– Sentir un cansancio excesivo. Suele ser uno de los primeros síntomas de la anemia. La más común es por falta de hierro, pero también puede ser por falta de vitamina B12 o de ácido fólico. El cuadro suele estar acompañado de palidez en los labios y las conjuntivas. La clave es ingerir más carne de distinto origen (vaca, pollo y pescado) y acompañarlas con un cítrico.
– Tener la boca y los labios secos y que la orina se presente oscura y de olor intenso. Puede ser indicio de deshidratación. Es necesario verificar la cantidad de líquidos que se están consumiendo, y que no existan pérdidas grandes (sudoración, vómitos, diarreas).
– Notar los pies y las manos hinchadas. Es un signo de posible retención de líquidos. Esto es frecuente en embarazadas cuando hay altas temperaturas. Disminuir la cantidad de sodio en la alimentación puede ser muy beneficioso.
– Tener dificultad para ir al baño. Puede deberse al bajo consumo de fibras y líquidos o la falta de actividad física. Una solución posible: incluir en la dieta más frutas con cascara y verduras de hojas verdes sobre todo.
– Presentar dermatitis y alteraciones en la piel. Esto está relacionado, en muchos casos, con la deficiencia de vitaminas del complejo B, presente en la carne, las frutas secas, las legumbres y los cereales integrales.
– Advertir el aumento de la glándula tiroides, en la parte anterior del cuello. La falta de yodo en la dieta es uno de los motivos de este síntoma. Este depende del contenido mineral del suelo, generalmente en zonas cerca al mar hay buena cantidad de yodo y en las zonas montañosas son más carentes. En Argentina la ley de fortificación de sal yodada la ha convertido en la fuente dietética de yodo.
– Las caries frecuentes. Indican la falta de flúor y el alto consumo de azúcares simples. Se deberá disminuir el consumo de golosinas y aumentar el consumo de flúor (a través del agua o pescados con la dieta y pastas dentales). Además de no olvidar una buena higiene bucal diaria.
Ante cualquier de estos síntomas, es importante que el médico determine qué nutriente está faltando (a través de un examen físico o un análisis de laboratorio) e indicar el tratamiento adecuado.
Por la licenciada Lucía Molina, nutricionista de Halitus Instituto Médico