La alimentación es fundamental durante el embarazo tanto para el desarrollo del bebé como para la salud de la madre, por lo que la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) aclara algunos de los mitos que comúnmente se tienen respecto a la nutrición en este periodo.
1.- Durante el embarazo tengo que comer por dos
En el embarazo no hay que comer el doble, sino comer mejor. La cantidad de comida y el peso que se debe aumentar dependerá de la actividad física y del peso con el que se inicie el embarazo. Una alimentación completa y variada hará que el embarazo se desarrolle correctamente y que el bebé gane el peso necesario.
2.- La comida picante le hace daño al bebé
Si previo al embarazo no te afectaba ninguna comida picante, no hay razón para que ahora afecte el embarazo o al bebé, aunque sí puede aumentar el riesgo de presentar acidez estomacal.
3.- Después de los tres primeros meses se puede tomar alcohol
Lo recomendable es evitar las bebidas alcohólicas durante el embarazo, inclusive en los últimos meses, ya que al beber alcohol el bebé lo está haciendo también y además se incrementa el riesgo de parto prematuro y bajo peso.
4.- Los vegetales con sabor fuerte son malos para mi bebé
Algunas personas señalan que comer brócoli, col o ajo le hace daño al bebé, pero esto no tiene ninguna base científica. Se recomienda mantener una alimentación como la que el nutriólogo indique y que sea de gran beneficio para el bebé.
5.- Durante el embarazo no se puede tener acidez
La acidez se produce normalmente por una opresión del bebé sobre el aparato digestivo y un aumento de las secreciones de jugo gástrico por algún alimento. Se recomienda evitar comidas muy condimentadas y no acostarse después de comer. También los suplementos de hierro pueden producirla, por lo que es recomendable consultar al médico si se cree que esto es lo que produce la acidez.
6.- Una embarazada no debe consumir carbohidratos para no subir mucho de peso.
Los carbohidratos son de dos tipos: complejos y simples. Los que deben evitarse son los simples, que se encuentran en: refrescos, dulce, panes no integrales y azúcar refinada. No está mal que se consuman en pequeñas porciones y sólo de vez en cuando.
Los carbohidratos que debes consumir en tu dieta diaria son los complejos, como: panes integrales, cereales, arroz del mismo tipo, ya que estos alimentos son fuente de vitaminas, minerales y de fibra. Trata de consumirlos en cada una de las comidas que hagas a lo largo del día.
7.- Durante la lactancia no es bueno consumir lácteos porque pueden provocar que el bebé se haga alérgico a este tipo de alimentos.
Hay que tener en cuenta que el calcio es muy importante en esta etapa de lactancia, y la fuente más común son los productos lácteos: leche, mantequilla, queso, yogurt, entre otros.
Además de consumir fuentes de calcio, se debe consumir vitamina D que ayuda en la correcta absorción de calcio. También es recomendable tomar un poco de sol. Los productos lácteos deben estar presentes en la dieta durante la etapa de embarazo y lactancia, a no ser que el médico lo prohíba por circunstancias especiales.
8.- Durante la lactancia y en el embarazo no es bueno consumir cafeína, porque daña al bebé.
La cafeína al igual que el alcohol puede afectar al bebé. Una taza de café en la mañana está bien, pero dos o más tazas pueden poner al bebé irritable, aunado a que el exceso de cafeína inhibe la absorción del calcio.
9.- Las embarazadas no deben comer pescado porque ocasiona malformaciones al bebé.
El pescado es una fuente excelente de nutrientes, pero puede contener ciertos contaminantes, sobre todo mercurio, por eso se recomienda su consumo con moderación, así como evitar las especies grandes y depredadoras (las que se alimentan de otros pescados). Para protegerse de infecciones, hay que hacer énfasis en que el pescado que se coma esté bien cocido y no comer nada en crudo, como el ceviche o el sushi.
10.- Las agruras significan que el bebé tendrá mucho cabello.
La acidez durante el embarazo tiene que ver con factores como el hecho de que los tejidos se encuentran más relajados por las hormonas o por la presión del útero en el estómago.