Aunque todavía no es igual para ambos sexos, cada vez más mujeres acceden a lugares de poder y esto es, sin dudas, un gran logro que se dio en las últimas décadas. Por supuesto: para acceder a estos lugares de toma de decisiones hay distintos caminos. Cuáles son las claves y los peligros de esa ruta.
Para comenzar, no todas las mujeres que alcanzan estos lugares tienen que ser iguales o responder a un cliché. Estará la que elija el esfuerzo y la dedicación full time al trabajo, las que priorice las relaciones políticas dentro de la empresa y las que lograrán una mezcla de ambos factores.
Sin dudas, hay muchas características que entran en juego y son importantes para abrirse camino hacia la cima. Entre ellas podemos encontrar las siguientes:
* Edad y trayectoria. En general, acceden a puestos de poder aquellas personas que tienen mucha experiencia en lo que hacen y, además, poseen una edad que les da la maduración personal suficiente para tomar decisiones.
* Formación. Si tu trabajo está relacionado con una profesión, la formación suele ser el respaldo que se debe tener para acceder a puestos importantes.
* Personalidad. En general, solemos encontrar a mujeres en puestos de poder que tienen una personalidad fuerte, activa y decidida. En algunos casos, puede ser una personalidad dominante.
* Apariencia. La buena imagen suele ser una buena socia de todos los factores anteriores.
Los “riesgos” del ascenso
* Un peligro que se puede presentar es que una mujer con poder tenga que actuar la mayor parte del tiempo mostrando su “lado masculino”, ya que esto puede ser valorado por algunas empresas; así perderá una de las características más importantes que tiene una mujer: la sensibilidad, una herramienta valiosa, aunque muchas veces es vista como una debilidad.
* Otro riesgo posible es que la mujer resigne su maternidad por el hecho de ascender en la empresa o en su trabajo, pensando que esto puede ser un obstáculo un su carrera ascendente. Esto sería un costo muy alto a pagar en la vida de cualquier mujer, aunque un costo válido si es verdaderamente consciente de su decisión.
* Otro escenario es cuando la mujer realiza un sacrificio desmedido por el trabajo y por su carrera, descuidando su vida personal y dejándola en segundo o tercer plano. Esto puede producir un desequilibrio en la vida de esa persona que puede llegar a ser contraproducente en el mediano y largo plazo.
Por supuesto, no todas las mujeres que llegan a alcanzar puestos de poder tienen que caer en estos riesgos. Hay muchas mujeres que pueden obtener puestos jerárquicos sin perder su esencia o sin hacer desequilibrios en su vida personal. Será un desafío que cada una deberá enfrentar siendo lo más consciente que pueda de esta situación.
Por el licenciado Sebastián Girona, psicólogo.