Como sabemos, hay muchos tipos de violencia de género, siendo los feminicidios, la máxima expresión de la violencia contra las mujeres, y aunque no hay estadísticas que revelen la realidad de lo que acontece, sabemos que las mujeres de todo el mundo vivimos en un medio hostil y lleno de inseguridad, tanto en ámbitos públicos como en los privados.
A pesar de esta triste realidad, la sociedad continúa manteniendo ciertas ideas y actitudes acerca de las mujeres y sus roles principales. Suele juzgarse a las mujeres maltratadas justificando el uso de la violencia, aludiendo a la posible provocación de éstas y que solo justifican la conducta del maltratador. El entorno social (vecinos, amigos, familia, Estado), en ocasiones no apoya a la víctima, justifica la agresión e incluso pone en duda la inocencia de la agredida. Los mitos y prejuicios producen una inhibición de la ayuda que deben recibir las mujeres víctimas de la violencia de género.
Sin embargo, no hay que olvidar que la violencia de género es un delito y la única persona responsable es quien ejerce la violencia en cualquiera de sus tipos. Pero, ¿Cuáles son las creencias más comunes en torno a la violencia, a las mujeres maltratadas y a los hombres agresores? En este artículo analizaremos algunos de los mitos más frecuentes y que son utilizados con el único fin de justificar, minimizar, ocultar y evadir esta problemática.
MITOS Y REALIDADES:
MITO: “La conducta violenta es algo innato, que pertenece a la esencia del ser humano»
FALSO. La violencia se aprende por modelos familiares y sociales. Pero también se pueden aprender maneras no violentas de manejar los problemas, sobre todo, respetando a las mujeres.
MITO: “El maltrato psicológico no es tan grave como el físico”
FALSO. El abuso psicológico y emocional puede ser más dañino que el físico y pueden provocar un desequilibrio integral en la mujer.
MITO: «Si se tienen hijos, hay que aguantar los maltratos por el bien de ellos»
FALSO. Ser testigos de violencia doméstica tiene consecuencias graves sobre el bienestar emocional y la personalidad de las niñas y de los niños, máxime si se tiene en cuenta que es probable que en la edad adulta reproduzcan esta misma situación cuando establezcan relaciones de pareja, ya que aprenden que la violencia es un medio “normal” para solucionar conflictos. Ante la violencia, la opción más responsable es alejarlos de esa situación. Además, alrededor de la mitad de los varones que maltratan a su pareja, maltratan también a sus hijas e hijos.
MITO: «La violencia doméstica es una pérdida momentánea de control»
FALSO. Las agresiones NO son consecuencia de una explosión de ira incontrolable, sino que son actos premeditados que buscan descargar la tensión y sentirse poderosos dominando a la víctima. Además, las agresiones no suelen ser aisladas, sino hechos repetidos y frecuentes.
MITO: «Los casos de violencia familiar son aislados. No representan un problema grave»
FALSO. Los casos que existen, incluyendo las denuncias que se realizan, sólo representan una pequeña parte de la realidad, tomado en cuenta que sólo se denuncian alrededor del 10% de los casos.
MITO: «Lo que ocurre dentro de una pareja es un asunto privado; nadie tiene derecho a meterse»
FALSO. La violencia de género es un problema de todos. No es un asunto privado ya que es un delito contra la libertad y la seguridad de las mujeres. Los delitos jamás son cuestiones privadas y todos debemos detenerla. El agresor, no por ser parte de la familia tiene derecho a agredir y dañar, esto está mal y es ilegal, las víctimas deben tener el apoyo necesario para que pierdan el miedo y denuncien.
MITO: «La violencia doméstica sólo ocurre en familias sin educación o con pocos recursos»
FALSO. La violencia intrafamiliar se produce en todas las clases sociales, sin distinción de factores sociales, raciales, económicos, educativos o religiosos. Generalmente, cuanto mayor es el nivel social y educativo de la víctima, sus dificultades para develar el problema son mayores, ya que la esposa o compañera sentimental de un hombre con una vida pública prestigiosa se sienta muy presionada a ocultar la violencia doméstica.
MITO: “Controlar y celar es sinónimo de amar”
FALSO. Esta idea está ligada especialmente a los noviazgos violentos, donde inicia una relación que podría ser destructiva para la mujer. Debe erradicarse la idea de que los celos son muestras de amor. Son una forma de control y una manera de justificar la violencia.
MITO: “El maltrato puede acabar por sí solo con el paso del tiempo”
FALSO. Un agresor no cambiará su conducta violenta por sí mismo. Necesita ayuda profesional y estar consciente del daño que causa. El maltrato no disminuye, aumenta y empeora.
MITO: “Quien bien te quiere te hará llorar”
FALSO. Quien te quiere te hará feliz y tendrá en cuenta tus sentimientos, opiniones y necesidades.
MITO: “Cuando una mujer se casa es para siempre”
FALSO. Una mujer tiene todo el derecho de poner fin a su matrimonio si así lo decide, y más aún si está sufriendo maltrato. La dignidad de una mujer está por encima de cualquier «amor».
MITO: “Un hombre no maltrata porque sí; ella habrá hecho algo para provocarle»
FALSO. Esta creencia es una de las más arraigadas y supone afirmar que la mujer es la responsable del comportamiento violento del hombre. Ninguna mujer merece ser maltratada o golpeada. Los golpeadores comúnmente culpan de su comportamiento a frustraciones menores, a que tuvieron un mal día, a sus celos enfermizos o a lo que su pareja pudo haber dicho o hecho, pero la violencia es su propia elección.
MITO:«Si una mujer es maltratada, la culpa es suya por seguir conviviendo con ese hombre»
FALSO. No es válido responsabilizar a la mujer de la situación de malos tratos ni culpar a la víctima. Existen razones sociales, culturales, religiosas, económicas que mantienen a las mujeres dentro de la relación. El miedo es otra de las razones que las hace permanecer en sus hogares. Los peores episodios de violencia suceden cuando intentan abandonar a su pareja. También influyen las actitudes sociales, como la creencia de que el éxito del matrimonio es responsabilidad de la mujer y que las mujeres dañan a sus hijos si los privan de su padre, sin importar cómo sea.
MITO: “Si una mujer ama y comprende a su marido, logrará que él cambie y deje de maltratarla”
FALSO. El problema del maltratador no es por falta de cariño y comprensión de su pareja. Para que “pueda” cambiar es imprescindible que acuda a tratamiento psicológico.
MITO: “Cuando una mujer dice “no”, en realidad quiere decir “sí”»
FALSO. Cuando una mujer dice NO siempre será NO. Así de simple.
MITO:«Los hombres que maltratan lo hacen porque tienen problemas con el alcohol u otras drogas»
FALSO. Así suelen justificarse muchos maltratadores, evitando de esa forma hacerse responsables de sus actos. Es cierto que el consumo excesivo de alcohol incrementa la violencia, pero este hecho no les exime de su responsabilidad. Ni todos los hombres que tienen problemas con el alcohol maltratan a sus parejas, ni todos los golpeadores abusan de las drogas o del alcohol.
MITO:«Los hombres que agreden a sus parejas están locos»
FALSO. La locura, por definición, conlleva no tener contacto con la realidad, no percibir la realidad, a no darse cuenta de lo que se hace… y este no es el caso de los agresores. Una persona que, para autoafirmarse, maltrata a otras tiene dificultades para canalizar su malestar y frustración. Pero esto no significa que no sea responsable de sus actos ni que sea un enfermo mental.
MITO:«Los hombres que agreden a sus parejas son violentos por naturaleza»
FALSO. Es muy frecuente que los hombres que maltratan a sus parejas no sean violentos con otras personas. Incluso es frecuente que en el resto de sus relaciones sociales sean amables y respetuosos. Por lo tanto, la cuestión no es que no puedan controlar su ira, sino que deciden descargarla agrediendo a las mujeres sobre las que se sienten con derecho a actuar así. Todas las personas, en ciertos momentos, sentimos rabia y frustración en nuestras relaciones con los demás, sin embargo nuestros valores y el respeto hacia los demás nos conducen a canalizar y descargar ese malestar sin agredir.
MITO: “Un hombre tiene derecho a tener relaciones sexuales cuando lo desee”
FALSO. Cualquier tipo de relaciones sexuales forzadas o bajo coacción son abusos sexuales, y si hay penetración es una violación. No importa si es la pareja o el marido, una violación es un delito.
Mujer, seamos realistas, la violencia contra las mujeres no tiene barreras de clase, educación, sexualidad, cultura, raza ni edad. No existe un perfil de mujer víctima de la violencia doméstica, pues cualquier mujer, sólo por el hecho de ser mujer, puede sufrirla. No es cierto que este problema se genere exclusivamente en gente sin preparación o de escasos recursos. No podemos afirmar que “se exagera la realidad” cuando, según estudios, más del 70% de las mujeres en el mundo han sufrido violencia por parte de sus parejas o ex parejas, y eso es un indicador de una escalofriante realidad…y no falsas creencias, mitos, estereotipos, prejuicios o ideas erróneas.
Un abrazo!
Sara Díez – Crisálida Perenne
Fuente:
http://mujersincadenas.blogspot.mx/2011/04/mitos-que-justifican-el-maltrato-contra.html