Una taza de cereal en la mañana, es una rápida y rica opción para que los niños se preparen para ir a la escuela, pero quizás el cereal puede tener sal oculta en niveles que irónicamente muchos podrían considerar desagradables.
Investigadores británicos coleccionaron diarios de alimentación de más de cuatrocientos niños en edad escolar.
Después recolectaron los estándares de sal en la orina y luego compararon los resultados con lo que los niños comieron.
En todos los ámbitos, los menores en edades entre 6 y 17 consumieron mucha sal.
Los niños de más edad comieron más del doble del monto recomendado.
Cuando los investigadores revisaron los diarios para ver de dónde provenía la sal, encontraron que el 36 % de esa sal viene de los cereales y panes.
Y el problema es que demasiada sal en la niñez, a menudo conduce en la edad adulta a más riesgos de problemas de corazón y alta presión arterial.