En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, celebrada del 1 al 7 de agosto, la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Colima, realizó acciones para difundir los beneficios de esta acción.
Al respecto, la coordinadora de Pediatría del Hospital General de Zona (HGZ) No. 1, Sibila Vizueth Ramírez, comentó que una de esas acciones fue informar sobre la importancia de ofrecer calostro al bebé.
Explicó, que es la primera secreción láctea que produce una mujer poco antes del nacimiento y durante los primeros cuatro días después de éste. Su volumen es variable, produciéndose los primeros días entre 2 y 20 ml por toma, y como máximo, 100 ml en 24 horas.
Aún cuando parezca muy poca cantidad, continuó, ésta es suficiente para cubrir las necesidades de nutrición, y energía del neonato, por lo que la madre puede estar segura de que su bebé no tendrá problemas si lo alimenta sólo con calostro.
El calostro tiene mayor concentración de proteínas, vitaminas y minerales. Es bajo en grasas y lactosa, lo que permite una digestión más fácil y menos riesgo de cólicos y diarrea en el bebé, puntualizó la especialista.
Vizueth Ramírez resaltó que es importante mencionar su gran valor para proteger al recién nacido de infecciones, gracias a su alto valor en inmunoglobulinas (anticuerpos), y células de defensa, como macrófagos y linfocitos, que le confieren protección contra bacterias y virus.
En las primeras horas posterior al parto, hay millones de células de defensa por milímetro cúbico y pasan al intestino del bebé, donde permanecen durante semanas, lo cual le confiere inmunidad contra infecciones diarreicas en lo que el cuerpo comienza a producir sus propias defensas.
Dado su gran valor nutricional, con una cantidad de proteínas, calorías y vitaminas, considerablemente superior con respecto a la leche madura, el calostro es suficiente para cubrir las necesidades metabólicas del nuevo individuo.
La coordinadora de Pediatría del HGZ No. 1, destacó el hecho de que la madre de un bebé prematuro produce un calostro especialmente diseñado también para ese bebé, con una concentración aún mayor de lisozima y otras sustancias que brindan protección contra infecciones, lo cual es muy necesario en ese momento de la vida.