Se trata de las quemaduras solares y de las picaduras de insectos o de animales marinos.
Quemaduras Solares
Recordar que el cáncer de piel es el cáncer más frecuente en todo el mundo y la principal causa es la exposición solar. La radiación solar se mantiene en el tiempo, tiene memoria y dura toda la vida. Importante pues tener en cuenta que el 80 % de toda la radiación que recibiremos en nuestra vida se produce durante la infancia y la adolescencia.
La radiación solar se divide en dos : Rayos Ultravioletas A y Rayos Ultravioletas B. La A es la que recibimos en un 95 %, atraviesa las capas de la piel y puede incluso producir trastornos sanguíneos. Mientras que la B , 5 %, queda localizada más a nivel de la piel y es la responsable de las quemaduras y de los cambios de coloración de la misma.
Recomendaciones importantes :
-Por debajo de los 3 años, los niños no deberían estar expuestos directamente al sol.
-Hacer uso de fotoprotectores, mejor los de composición física que química, porque generan menos reacciones alérgicas, aunque en ningún caso deben utilizarse en niños menores de 6 meses.
-Las horas más peligrosas de exposición solar son entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde. Nuestra sombra, nos puede avisar del peligro. Cuanto más alargada es la sombra que proyecta el niño menor radiación. Si no proyecta sombra, mucho cuidado porque está produciéndose una exposición máxima.
Picaduras
Las abejas, los mosquitos, pueden producir 2 tipos de reacciones. La reacción local que es la menos grave y que todos hemos padecido y que sabemos que da picor y produce hinchazón que se solventa con tratamiento sintomático, hielo, por ejemplo.
Más grave es si la reacción es general, alérgica importante, lo que se denomina anafilaxia y que puede producir dificultad respiratoria, pérdida de consciencia. En este caso el tratamiento debe ser a nivel hospitalario.
En cuanto a las picaduras marinas, tenemos a las medusas que producen picaduras muy dolorosas y cuyo tratamiento debe realizarse con lavado de agua fría salada, nunca con agua normal. Suelen funcionar muy bien sustancias como el ácido acético, el vinagre o el amoniaco que reducen el dolor.
Si la sintomatología es más grave, reacción generalizada, fiebre, sudoración, alteraciones de conciencia, lógicamente debe acudirse a otro tipo de fármacos.