Las mujeres que se preparan para ser madres, es recomendable que consuman ácido fólico antes y durante el primer trimestre del embarazo con el fin de evitar malformaciones congénitas como la espina bífida.
Este defecto congénito ocasiona que la columna vertebral del feto no cierre por completo. Sus causas pueden ser múltiples, pero en México son ocasionados mayormente por falta de ácido fólico en la mujer.
Las mujeres pueden consumir ácido fólico desde el inicio de su vida sexual, pues al ser una vitamina hidrosoluble, el cuerpo absorberá sólo lo que necesita y el resto lo desechará a través de la orina, además ayuda a evitar algunos tipos de anemia y tiene propiedades antioxidantes.
El ácido fólico o vitamina B9, pertenece a las vitaminas del complejo B, y consumirlo ayuda a que las células funcionen mejor y los tejidos crezcan de manera correcta.
Los bebés que nacen con espina bífida presentan problemas del sistema nervioso central, el aparato locomotor y el sistema genitourinario, pues al no cerrarse la columna vertebral, la médula ósea queda expuesta ocasionando daños en los neonatos.
Las mujeres en edad fértil que deseen ser madres, deben consumir ácido fólico para prevenir esta malformación congénita, recomendó Alejandro Méndez Viveros, encargado del Área de Hospitalización de Adultos del Servicio de Neurología y Neurocirugía del Hospital General de México (HGM) Dr. Eduardo Liceaga.
Tres meses antes de la gestación el cuerpo debe estar preparado con los niveles suficientes de ácido fólico; sin embargo la mayoría de las mujeres no planea sus embarazos y cuando lo descubren es tarde, pues el cierre del tubo neural, que ocurre entre el día 27 y 31, ya concluyó.
Este defecto tiene tres grados de lesión en la médula espinal: oculta, meningocele y mielomeningocele.
Oculta: se caracteriza por un pequeño defecto en la formación de una vértebra y casi nunca compromete a la médula ni nervios espinales. No produce síntomas ni lesiones.
Meningocele: por una apertura de la columna vertebral asoma un saco que contiene membranas de la capa protectora de la médula espinal (meninges).
Mielomeningocele: el saco contiene tejido, líquido cerebroespinal parte de los nervios y de la médula, lo que indica que ésta última no se desarrolló adecuadamente y, en consecuencia, ocasiona parálisis.
Tanto el meningocele y el mielomeningocele pueden ser tratados con cirugía para reconstruir el plano anatómico del defecto.
La cirugía no corrige los daños neurológicos, así que los niños tendrán alteraciones en la motricidad que requerirán rehabilitación y cuidados especiales.
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