Un estudio demuestra que los entornos laborales que promueven hábitos saludables están asociados con menos obesidad entre los empleados más jóvenes.
Los autores observaron que el 17 por ciento de los trabajadores de lugares que alentaban un estilo de vida saludable eran obesos, comparado con el 24 por ciento de los empleados en espacio que promovían uno o ningún hábito saludable.
«Personalmente, trabajé en ambientes que influyeron en mis conductas alimentarias y mi actividad física, tanto positivamente como negativamente», dijo la autora principal,Allison Watts, de la Facultad de Salud Pública de University of Minnesota, Minneapolis.
Esos factores ambientales incluyen la contención entre colegas, clases de yoga durante el almuerzo y disponibilidad de alimentos. «Quería saber si lo mismo ocurre con los jóvenes», señaló la autora en un correo electrónico.
Su equipo analizó información de 1538 participantes de una encuesta mientras estaban en el colegio secundario en 1998 y 1999; a los 10 años volvieron a responder un cuestionario. Esta vez, los participantes tenían 25 años en promedio; predominaban los participantes caucásicos y casi la mitad provenía de familias con ingresos altos.
Menos de la mitad comía las cinco porciones diarias de frutas y verduras recomendadas, el 27 por ciento ingería por lo menos una bebida dulce por día y el 20 por ciento consumía comida rápida por lo menos tres veces por semana. Más de la mitad hacía 2,5 horas o más de ejercicio moderado a intenso por semana e iba a trabajar en bicicleta o a pie.
En la mayoría de los lugares de trabajo de los jóvenes había gaseosa y dulces disponibles. La mitad dijo que podía comer de manera saludable y moverse en el trabajo.
Menos de la mitad trabajaba a 30 minutos a pie desde su casa, pero la mitad vivía a 10 minutos a pie de un gimnasio. Más de la mitad trabajaba a 10 minutos a pie de un local de comida rápida.
El 19 por ciento era obeso, pero los que trabajaban en entornos con tres o más factores «saludables» eran menos propensos a ser obesos que los que lo hacían en lugares con menos de esas características.
«Los empleados jóvenes conviven con muchos estresores, como la presión por los tiempos, el aumento de las responsabilidades personales y laborales, y los recursos limitados», dijo Watts.
«De modo que muchos consumirán lo que es económico y está al alcance», agregó.
El estudio demuestra la importancia que tiene el entorno en la alimentación saludable y la actividad física, de acuerdo con Carolyn Dunn, profesora y directora del Departamento de Servicios para la Juventud, la Familia y la Comunidad de NC State University, Raleigh, Carolina del Norte, y que no participó del estudio.
Señaló que medidas como desalentar que los empleados dejen sobras de alimentos poco saludables en la sala de descanso o proveer bebidas sin azúcar únicamente promueven estilos de vida más saludables.
FUENTE: Journal of Epidemiology and Community Health,
online 11 de agosto del 2015.