Grandes personajes de la historia de la cultura, el deporte y la política fueron y son conocidos, además de por sus grandes emprendimientos, por la «curiosidad» de ser zurdos. Tal es el caso del ingenioso compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart o de los astros del fútbol Diego Armando Maradona y Lionel Messi, y hasta del actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
Hoy por hoy, el desarrollar una lateralidad de izquierda es aceptada con mayor naturalidad a pesar de que el porcentaje de la población zurda a nivel mundial se mantiene en el 10% aproximadamente. En este sentido, es importante tratar desde pequeños la lateralidad en los chicos con el objetivo de desarrollar de mejor manera las habilidades y disminuir las dificultades.
En líneas generales, se puede afirmar que la lateralidad es el proceso mediante el cual el niño va desarrollando la preferencia o dominancia de un lado de su cuerpo sobre el otro. Particularmente, las manos y los pies son las partes del cuerpo donde se detecta con mayor facilidad la lateralidad. Si el predominio es del lado derecho, es un sujeto diestro; mientras que si la dominancia está en el lado izquierdo, se denomina zurdo. Por su parte, se llama ambidiestro en aquellos casos donde no se ha conseguido determinar una preponderancia lateral.
Por lo general, la lateralidad no está establecida antes de los 5 o 6 años, aunque algunos niños ya manifiestan un predominio lateral desde muy corta edad. De acuerdo a estudios científicos, los chicos son zurdos desde su nacimiento a causa de una configuración cerebral. Sin embargo, todavía hoy es una gran interrogante el por qué hay mayor cantidad de personas diestras. Por el momento, lo que sí se puede aseverar es que existe una influencia genética: un niño tiene 10% de probabilidades de ser zurdo si su padre lo es, el 20% si lo es la madre y el 50% si lo son ambos.
Durante los 2 ó 3 primeros años de vida, es normal que los más pequeños utilicen ambas manos de manera indistinta en las actividades cotidiana. En este sentido, la mejor y más sencilla manera de comprobar si es zurdo o diestro es observar qué mano, pie u ojo utiliza en el momento que realiza actividades de forma espontáneas, tales como tapar o destapar una botella, patear una pelota, cepillarse los dientes, peinarse, llevar un vaso de agua y/o saltar con un pie. En estas situaciones el ojo, la mano o el pie elegido espontáneamente para realizar las acciones suele ser el dominante.
En aquellos casos donde se observa que el niño utiliza una mano y otra sin problemas, es aconsejable lateralizar hacia la derecha, ya que nuestra cultura está organizada según los parámetros de los diestros.
Por el contrario, no hay que obligarlos a emplear la mano derecha en los casos en que el niño muestre claramente rasgos zurdos en las tareas cotidianas. Es importante educarlos en su lateralidad, ya que forzarla conlleva muchos problemas entre los que se destacan trastornos o alteraciones en la escritura similares a la dislexia, dificultades en la lectura, torpeza manual e inseguridad en los movimientos.
Asímismo, conviene advertir en el colegio cuando se está en presencia de un niño zurdo porque puede que surjan algunas dificultades en los primeros aprendizajes escolares, sobre todo en las áreas pedagógicas de lectura y escritura. Por último, en el contexto escolar es recomendable que los padres y profesores tomen en cuenta los consejos que se detallan a continuación:
* Utilizar lápices triangulares
* Emplear objetos diseñados para zurdos tales como reglas y tijeras.
* Si el compañero de banco es diestro, conviene que ambos se sienten en el lado izquierdo de la mesa.
* Y lo más importante de todo: no tildarlos de lentos o desprolijos, sino alentarlos.
Fuente: Dra. Lorena Romano, Pediatra del Sanatorio de los Arcos.