Por lo general, los niños corren el riesgo de aumentar uno o dos kilos de peso durante los periodos de vacaciones debido a que en este período de descanso modifican sus hábitos alimenticios, pasan horas frente al televisor o en aparatos móviles de juegos, por lo que no realizan la misma actividad física, señaló la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado al destacar la importancia de la participación de los padres de familia en la promoción de hábitos saludables entre sus hijos.
En vacaciones, los niños modifican la rutina diaria, alterando los horarios para levantarse, activarse, comer y hasta dormir, por lo que adoptan hábitos que no son favorables para su salud, ya que en este descanso las porciones de alimentos tienden a ser más grandes y con ello la ingesta de energía es mayor de lo que requieren, lo que se refleja en un aumento de peso y de cintura.
Por ello, dijo que es importante que los padres de familia procuren y organicen diversas actividades para evitar que sus hijos modifiquen las conductas saludables que pueden tener y no se traduzcan en kilos de más o malos hábitos para el resto del año.
En este sentido, la dependencia recomendó planear paseos familiares, asistir a caminatas, bicipaseos u otras actividades físicas; evitar que los niños estén sentados por más de dos horas frente al televisor, computadora o videojuegos, e involucrarlos en las tareas del hogar.
En cuanto a la alimentación, dijo que es recomendable tener refrigerios o botanas saludables: frutas, verduras, galletas integrales, palomitas de maíz y yogurt; tratar de mantener los horarios de comida lo más cercano a lo habitual, y tener disponible agua natural para favorecer la hidratación, en vez de bebidas azucaradas o refrescos.
Asimismo, moderar el consumo de alimentos, sobre todo cuando están frente al televisor o la computadora; disponer de más tiempo para realizar las comidas, ya que no existe la presión por llegar temprano a la escuela, realizando en la medida posible 5 comidas al día.
Una alimentación correcta debe de ser completa (con verduras, frutas, cereales y leguminosas); equilibrada –que contenga las porciones que corresponden a cada grupo de alimentos-; inocua, de tal manera que no cause un riesgo a la salud; suficiente, para cubrir los requerimientos nutricionales, y adecuada, es decir, acorde a la cultura, gusto e ingresos económicos de la familia.