Una mujer ha empezado una batalla legal para conseguir los óvulos congelados de su hija muerta para que ella pueda quedarse embarazada. De llevarse a cabo con éxito la fecundación, el hijo de la mujer sería a su vez su nieto.
La mujer, de 59 años, y su marido, de 58, han presentado un recurso contra la negativa del comité de Fertilidad Humana y Embriología de Inglaterra a que realicen este proceso. Los padres aseguran que sólo están tratando de llevar a cabo el último deseo de su hija.
Hay varios casos en el mundo en que una mujer se convierte en madre y abuela a la vez al gestar un embrión de su hija, pero este seria el primer caso en que lo hacen de una donante fallecida. La hija decidió congelar sus óvulos cuando le diagnosticaron cáncer de colon con la esperanza de que ella misma pudiera tener hijos en el futuro. Antes de morir reveló a sus padres que su última voluntad era que su madre gestara a su hijo con uno de sus óvulos congelados y esperma de un donante.
Los padres quieren traspasar los óvulos de Londres a Nueva York, donde una clínica ha indicado que está dispuesta a proporcionar un tratamiento de fertilidad. El comité de Fertilidad Humana y Embriología de Inglaterra ha denegado el proceso porque creen que no hay pruebas suficientes para demostrar que este era el deseo de la hija. El consejo sostiene que no existe ningún consentimiento escrito de la donante para hacer esta expedición especial. La hija completó un formulario para almacenar sus óvulos después de su muerte, pero no dio ninguna indicación de como quería que se utilizaran.
Si la justicia da la razón a la pareja, la británica se convertiría en la primera mujer en gestar el bebé de su hija muerta. Sin embargo, las probabilidades de que el tratamiento de fertilidad funcione en una mujer de esa edad son muy bajas. Por otro lado, si la sentencia falla en contra de los padres, los óvulos deberán ser destruidos en febrero de 2018.
Fuente: La Vanguardia