Si acostumbras chuparte el dedo, jalarte el bigote y cejas, así como el morder una pluma o un lápiz y tartamudear al hablar, ten cuidado puesto que se trata de tics, provocados por trastornos mentales que pueden ser de tipo crónico motores y fonéticos.
“El chuparse el dedo, dentro del desarrollo y de la etapa oral, es una manera de gratificarse ante el estrés o el medio ambiente, razón por la cual los niños lo hacen pues estimulan su encía, además como una manera de explorar sabores; es parte de un desarrollo normal”, comentó el psicólogo de la División de Medicina Interna, Jaime Orozco Ibarra, del Hospital General de Occidente (HGO), perteneciente a la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ).
“Cuando existe tensión, los niños chupan alguna cosa para sentir el control de la situación, cuando crecen van dejando esa conducta o tic, sin embargo adquiere otras como morderse las uñas o morder el lápiz para seguir controlando los momentos que lo incomodan”, agregó el especialista.
Cuando una persona se siente estresada ante alguna circunstancia puede chuparse los dedos, morderse las uñas o un lápiz o hasta tartamudear, y están clasificados como trastornos mentales porque al final de cuentas es la emoción lo que genera la conducta motora.
Asimismo, se relaciona a trastornos de ansiedad, puesto que quienes se chupan el dedo es porque en ese momento se sienten ansiosos, nerviosos y lo hacen como un mecanismo de defensa a través del cuerpo.
“Hay que tener cuidado y no confundirlo con conductas abrasivas agresivas como mofarse de la persona o señalarla, hay que entender que en ese momento el individuo está estresado por diversas circunstancias y que habrá que ver porque entra en esas situaciones”, puntualizó.
La conducta de chuparse el dedo va más allá de la apariencia, ya que puede generar algunos otros problemas como es el deformar el paladar y la mandíbula, lo que dará problemas de salivación así como de inadecuada pronunciación del lenguaje.
Recomendaciones
La recomendación es que al detectarse cualquier clase o tipo de tic, se acuda a un especialista como el psiquiatra o psicólogo, según lo requiera.
Existen alteraciones emocionales que habrá que detectarlas a tiempo para evitar complicaciones futuras y cambiarlas en beneficio de la persona a través de terapias.
Actualmente, el siete por ciento de la población total en Jalisco, presenta alguna clase de tic. Este problema se tiene de igual manera tanto en hombres como en mujeres.
Los tics crónicos motores tienen solución y no están relacionados con caprichos o conductas infantiles.