El baby shower se convirtió en un nuevo hito en el calendario de las mamás que están por dar a la luz. Se trata de reunirse con amigas y familiares para agasajar con mimos y regalos a la embarazada.
Desde tiempos lejanos
El origen de los baby showers se remonta a los tiempos de los imperios egipcio, romano y griego: se acostumbraba celebrarlo luego del nacimiento del bebé y éste estaba presente en la fiesta, como parte de presentación del nuevo integrante de la familia.
Más tarde, en la época victoriana, el baby shower se consolidó como una fiesta exclusiva para mujeres en la que se consideraba que era la oportunidad ideal para compartir consejos y sugerencias: las mujeres más experimentadas del círculo íntimo de la embarazada le adelantaban algunos tips para afrontar la nueva etapa.
En la era moderna, y con más énfasis aún luego de la Segunda Guerra Mundial, durante el “baby boom” (la explosión demográfica sucedida entre 1946 y 1964) este tipo de festejos funcionaron como situaciones para hacerle regalos al niño o niña.
Más allá de estas diferencias culturales, la principal finalidad del baby shower tiene que ver con dar la bienvenida al bebé mimando a la mamá, compartiendo un momento de contención y amor para aliviar su ansiedad. Generalmente, se organiza a partir del séptimo mes e incluso hay mujeres que prefieren hacerlo cuando ya nació.
También es común que sólo sean mujeres, aunque en algunos festejos se suman algunos hombres. Como verán, los tiempos van cambiando y las costumbres también. No hay reglas a la hora de festejar, siempre y cuando estemos atentos a no perder la esencia de lo que realmente significa este motivo de agasajo. Es una ocasión para dar y recibir amor.
¿Qué hacer en un baby shower?
Suele organizarse por la tarde, para compartir la merienda entre mujeres y conversar sobre la maternidad y todo lo que eso implica. Hay muchísimos juegos y actividades para disfrutar y divertirse, como también hay un momento más íntimo que apela a la emoción para conectar con la mamá y su bebé. Es un espacio para expresar los anhelos y deseos de todos los que acompañan la dulce espera y forman parte de la vida de ambos.
En muchos casos, se acostumbra a hacer regalos para el niño o niña que está por llegar; en general, los invitados intentan ponerse de acuerdo previamente para todos entregarles obsequios distintos para que terminen representando una gran ayuda para los futuros papás.
Siempre es una buena idea celebrar la vida.