Da un vistazo por el gimnasio y es probable que veas a un montón de personas que están haciendo ejercicio en un intento por bajar de peso, tonificar y verse mejor.
Pero numerosos estudios de investigación han descubierto muchos otros beneficios relacionados con hacer ejercicio, los cuales no son necesariamente evidentes desde fuera.
Estas son algunas de las maravillosas maneras en que el ejercicio puede beneficiar tu mente, cuerpo y alma.
Elimina la ansiedad. ¿Alguna vez te has dado cuenta que puedes empezar una sesión de ejercicios sintiéndote estresado y ansioso, y terminas sintiéndote bien? No está en tu cabeza.
O, en realidad, es: según un estudio nuevo de la Universidad de Princeton, hacer ejercicio parece cambiar el comportamiento del cerebro al provocar la liberación de GABA, un neurotransmisor que ayuda a tranquilizar la actividad del cerebro y minimizar la ansiedad. El estudio descubrió que las personas que corrían regularmente tenían una reacción baja a situaciones de mucho estrés, aún si no habían corrido en más de 24 horas.
Aumenta la inmunidad. El ejercicio regular puede reducir tu riesgo de padecer ciertas enfermedades serias, incluyendo enfermedades cardíacas, diabetes y algunos tipos de cáncer. También puede disminuir tus posibilidades de desarrollar, y no recuperarte pronto de, enfermedades más comunes, tales como gripes y resfriados. (Según un estudio reciente, los resfriados duraron 43% más tiempo en las personas que hacían ejercicio una vez a la semana o menos).
Resulta en un mejor sueño. Si tienes problemas de sueño, olvídate de las pastillas y practica natación, atletismo o spinning. Según un estudio, las personas que hicieron ejercicio regularmente durante más o menos 10 semanas informaron que habían dormido mejor que antes.
¿Qué significa exactamente «mejor»? En este caso, se tradujo en quedarse dormido más rápido y en una menor necesidad de consumir medicamentos estimulantes del sueño.
Disminuye el SPM (síndrome premenstrual). Las mujeres a menudo reportan sentirse irritables y agotadas antes de sus períodos, pero hacer ejercicio parece minimizar estas afecciones. En una encuesta a casi 2.000 mujeres de Nueva Zelandia, los investigadores descubrieron que quienes hacían ejercicio, descansaban y escribían en un diario sobre sus síntomas les fue mejor que a quienes tomaron vitaminas específicas o siguieron otros consejos para «hacer por sí mismas».
Hace que te excites. Tal vez has escuchado que oler las feromonas en el sudor puede hacer que quieras tener relaciones sexuales, pero esa no es la razón principal de que el ejercicio lleve al sexo. En el caso de los hombres, el ejercicio puede disminuir el riesgo de disfunción eréctil, y le da a ambos géneros resistencia y vibraciones para sentirse bien sobre el cuerpo.
Fortalece el cerebro. Los estudios han encontrado que hacer ejercicio puede disminuir la gravedad de los problemas de memoria en los adultos mayores e incluso disminuir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer. También puede tener un beneficio positivo en la función del cerebro de las personas más jóvenes. La investigación de Nueva Zelanda muestra que el ejercicio mejora la función ejecutiva, los procesos cerebrales generales que incluyen la planificación, la memoria, el razonamiento, la resolución de problemas y más.
Mejora la imagen corporal. Después de resumir los efectos de 57 estudios separados, un grupo de investigadores determinó que el ejercicio en efecto mejora la forma en que te sientes acerca de tu cuerpo.