Reacciona y evita que el Síndrome de la Mujer Maltratada se apodere de ti

La violencia conyugal o de pareja, es una de las manifestaciones más evidentes y claras de la violencia que se ejerce en contra de las mujeres. La magnitud de este fenómeno a nivel mundial alcanza niveles exorbitantes y progresivos que muestran  el perfil de una realidad que hasta épocas muy recientes tenía en el silencio un muro de alianza que escondía la tragedia de un número incalculable de mujeres. 

Generalmente, las mujeres que viven en relaciones abusivas permanecen en ellas durante mucho tiempo, soportando toda clase de agresiones, desde las más sutiles hasta las más crueles y deleznables.  Esta situación ha generado que muchos expertos en el tema se hayan preguntado:  ¿Qué ocurre en la mente de una mujer sometida, recurrentemente, a cualquier tipo de violencia y que la impulsa a seguir viviendo con su verdugo a pesar de los daños que le genera esa vida de maltrato tanto a nivel emocional como físico?  Tras años de analizar y estudiar cientos de casos, los expertos llegaron a la conclusión de que el maltrato continuado genera en la mujer un proceso patológico de adaptación denominado «Síndrome de la mujer maltratada«.

Este Síndrome tiene las siguientes particularidades:

Indefensión aprendida: Tras fracasar en su intento por contener las agresiones, y en un contexto de baja autoestima reforzado por su incapacidad por acabar con la situación, la mujer termina asumiendo las agresiones como un castigo merecido.

Pérdida del control: Consiste en la convicción de que la solución a las agresiones le son ajenas, la mujer se torna pasiva y espera las directrices de terceras personas.

Baja respuesta conductual: La mujer decide no buscar más estrategias para evitar las agresiones y su respuesta ante los estímulos externos es pasiva. Su aparente indiferencia le permite autoexigirse y culpabilizarse por las agresiones que sufre, pero también limita su capacidad de oponerse a éstas.

Identificación con el agresor: La víctima cree merecer las agresiones e incluso justifica, ante críticas externas, la conducta del agresor.

La continuidad y recurrencia de las agresiones y el paso constante de la violencia al afecto, refuerza las relaciones de dependencia por parte de la mujer maltratada, que empeoran cuando la dependencia también es económica.

La Dra. Lenore E. Walker, psicóloga experta en el estudio del maltrato en la mujer, explica que el ‘Síndrome de la Mujer Maltratada”, se presenta en las mujeres que han experimentado violencia recurrente, quedando incapacitadas para controlar su voluntad a través del tiempo, desarrollando así la «condición de indefensión o impotencia aprendida». Esto impide que una mujer maltratada pueda percibir o actuar cuando se le presenta una oportunidad para poder escapar de la violencia y hace que las mujeres se sientan incapaces de poder controlar positivamente sus vidas. Es lo que la afecta negativamente y la  retiene en la relación abusiva.

Características:

  • El maltrato repetitivo disminuye en la mujer su capacidad para responder. Su personalidad pasa a ser pasiva y sumisa.
  • La mujer pierde la habilidad cognoscitiva para percibir el éxito. Está convencida que cualquier actitud que adopte no le traerá resultados favorables, así lo sean o no.
  • La mujer maltratada está segura de que nada de lo que ella haga alterará el futuro o su destino.
  • El sentido de bienestar emocional se vuelve precario y, por tanto, más propensa a la depresión y a la ansiedad.

Hemos dicho que una mujer agredida es capaz de soportar durante muchos años malos tratos brutales, y no solo acepta esta situación, sino que además la justifica, por lo que este síndrome constituido como un vínculo entre la víctima y el agresor, es desarrollado por ella para proteger su propia integridad psicológica; anula su propio juicio crítico para  adaptarse al trauma. Esto podría explicar ese efecto contradictorio por el que muchas mujeres maltratadas defienden a sus compañeros.

Fases

1a. Desencadenante. Los primeros malos tratos rompen el espacio de seguridad que debería desempeñar la pareja, y en quien la mujer ha depositado su confianza y expectativas. Esto desencadena desorientación, pérdida de referentes, llegando incluso a la depresión.

2a. Reorientación. La mujer busca nuevos referentes pero sus redes sociales están ya muy mermadas, se encuentra sola.  Con su percepción de la realidad ya desvirtuada, se autoinculpa de la situación y entra en un estado de indefensión y resistencia pasiva.

3a. Afrontamiento. Asume el modelo mental de su compañero, tratando de manejar la situación traumática.

4a. Adaptación. La mujer proyecta la culpa hacia otros, hacia el exterior, y el Síndrome de Indefensión Aprendida, se consolida a través de un proceso de identificación.

Los síntomas depresivos que padecen estas mujeres se manifiestan fundamentalmente mediante la apatía, la pérdida de esperanza y la sensación de culpabilidad.  La mayoría de las mujeres que sufren maltrato están inmersas en una maraña de comportamientos para poder aguantar el infierno de la convivencia. Muchas no soportan esta situación y acaban tomando la opción del suicidio (las cifras sobre muertes por malos tratos nunca contabilizan los datos de suicidios).

¿Cómo identificar a una mujer que presenta el síndrome de la mujer maltratada?
El Síndrome de la mujer maltratada puede manifestarse con síntomas corporales o trastornos psicológicos. Los más frecuentes son:

  • Baja autoestima.
  • Tienen sentimientos encontrados; aunque odian ser agredidas, también piensan que se lo merecen porque se consideran la causa del problema.
  • Viven en la culpabilidad.
  • Se consideran fracasadas.
  • Padecen temor e incluso pánico ante cualquier tipo de cambio.
  • No tienen control sobre su vida.
  • Desean que haya una solución mágica para sus problemas.
  • Angustia, malhumor, depresión, sensación de impotencia, intentos de suicidio e insomnio;
  • Abuso de drogas y trastornos de la alimentación;
  • Molestias en el cuerpo como: dolor abdominal crónico, dolor de cabeza, cansancio, etc. que no mejoran con el tratamiento;
  • Problemas ginecológicos.
  • Creen que no merecen ayuda ni hay quien pueda o quiera ayudarlas.

Rompe el silencio

Frente a los reiterados episodios de violencia y pensando que la situación no se va a modificar, la mujer se calla, por temor a que se produzca una agresión aún mayor hacia ella o hacia sus seres queridos. El silencio siempre es un obstáculo,  sin embargo, a pesar de las dificultades y del miedo… ¡¡hay que romper el silencio!!  No obstante, una de las principales trabas que tiene la mujer…  es ella misma. Reconocerse como mujer maltratada y “traicionar” al que ha sido su compañero, asumir el juicio social, sentirse responsable de las agresiones, la falta de perspectivas personales y económicas,  son algunos factores psicológicos y sociales que perpetúan la lacra de la violencia doméstica.

Prevención

El principal camino para acabar con la violencia de género es la prevención. Esto incluye, por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Estos cambios deben partir de las personas adultas con el objetivo de que se transmitan eficazmente a las y los jóvenes.

Mujer, nadie mejor que tú para prevenir y evitar implicarte en una relación que puede llegar a ser violenta.  Confía en tu intuición, pero no olvides que debes informarte y valorarte como la mujer valiosa, inteligente y capaz que eres.   Cuando conozcas a alguien, evalúa y valora si esa persona encaja contigo; si quieres prevenir una relación dañina o violenta,  analiza si tiene ideas sexistas, trata de saber cómo fueron sus relaciones anteriores, escucha cómo se expresa de las mujeres y cómo reacciona ante ciertas situaciones (si es impulsivo, si maltrata objetos o a sus mascotas, etc.). No te aísles, aprende a detectar manipulaciones, a evitar aproximaciones no solicitadas, a desconfiar de promesas que no tienen sentido; aprende a decir  “NO”, aléjate cuando no te sientas cómoda o percibas que algo te causará daño.

Valora tus propias ideas respecto al amor y la pareja. Si consideras que debe renunciarse a ciertas cosas, amistades, pensamientos, ideas o sueños por «amor» a sara_diezalguien, refuerza tu autoestima, tus principios y valores y nunca olvides que tú vales por ti misma.  Si los valores de la otra persona entran en conflicto con los tuyos, debes saber reconocerlo y, en ningún caso, renunciar a aquello que es importante para ti.

Un abrazo!

Sara Díez – Crisálida Perenne

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1 COMENTARIO

  1. Tengo 31 años tengo una relación tormentosa con mi esposo hemos llegado a las manos yo nunca respondo cuando me golpea tengo miedo al divorcio y al quedirann tengo miedo años cambios y al quedarme sola tengo varios síntomas de los que describen a donde tengo que acudir para salir de esta vida que llevo

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