Respirar correctamente no es fácil y, desde luego, no es una habilidad de la que puedan presumir la mayoría de las personas. Más bien todo lo contrario: los malos hábitos, el estrés, las malas posturas corporales y, sobre todo, una falta de concienciación sobre el acto de respirar, y suimportancia para la salud, hacen que las personas no aprovechen este acto natural del organismo para aumentar su bienestar y capacidad vital.
¿Por qué respirar correctamente?
Respirar no es únicamente un acto mecánico para sobrevivir. La respiración aporta oxígeno a nuestro organismo, que alimenta a todas las células del cuerpo, incluidas las del cerebro. Una respiración adecuada contribuye a mantener un estado de salud óptimo y una actitud relajada y vital.
Si la respiración es inadecuada, se dificulta la aportación de oxígeno, el corazón ve su ritmo alterado y, en consecuencia, nos sentimos más fatigados. Cuando el oxígeno llega en un nivel adecuado al cerebro, lo activa, facilita la capacidad de concentración y aumenta los reflejos.
En nuestra vida cotidiana solemos estar sometidos a la presión de las obligaciones, a las prisas y al estrés. Si nos parásemos a observar nuestro ritmo de respiración de vez en cuando, comprobaríamos que no es correcto, que es acelerado, entrecortado, y poco profundo; en general, respiramos de forma superficial, lo que ocasiona estados de nerviosismo que acentúan y dan lugar a alteraciones como el estrés o la ansiedad.
Técnica para respirar correctamente
Habitualmente cuando una persona respira sólo utiliza una tercera parte de su capacidad pulmonar. La respiración correcta es la que aprovecha todas las posibilidades que ofrece el organismo, y abarca cuatro fases: inspiración, retención, espiración y retención. A su vez, cuando se respira, se utiliza el abdomen y las partes media y superior de los pulmones.
El siguiente ejercicio sirve para tomar conciencia de la respiración y empezar a automatizar el hecho de respirar correctamente, en cuatro fases, de una forma natural:
- Tumbados en el suelo boca abajo sobre una colchoneta fina, nos relajamos, con las piernas estiradas.
- Apoyamos las manos abiertas sobre el abdomen para poder sentir el movimiento del cuerpo.
- Inspiramos lentamente por la nariz mientras percibimos cómo la parte inferior de los pulmones se llena de aire (el abdomen se elevará); seguimos inspirando mientras notamos que la parte media pulmonar se llena de aire (el tórax se dilata); finalmente, en la última parte de la inspiración nos percataremos de que la parte superior de los pulmones se llena de aire (elevar y echar hacia atrás los hombros).
- Con todo el aire en nuestro interior, retenemos el aire unos instantes y espiramos(expulsamos el aire) muy despacio, por la boca y la nariz.
- Otra forma de realizar este ejercicio es sentándose, con las piernas cruzadas y la espalda recta. Esta posición también nos permite tomar conciencia de nuestra postura corporal e ir interiorizándola para nuestro día a día, a la vez que el proceso respiratorio natural y en las fases citadas.
Es conveniente realizar este ejercicio cada día, varias veces, no sólo para tomar conciencia y automatizar una respiración correcta, sino para aportar a nuestro organismo pequeños períodos de calma y relajación a lo largo del día que, sin duda, le vendrán muy bien para reponerse y rendir más.
Respirar correctamente tiene efectos en el plano mental, ya que produce serenidad y calma emocional y, como consecuencia, en el plano físico y social. Debemos, por lo tanto, acostumbramos a respirar correctamente y aprovechar así todos los beneficios para la salud integral que esto nos aporta.