Encar Ferreiro | AFmedios
Realizar un masaje en casa es algo que, siguiendo unas recomendaciones básicas, está al alcance de todo el mundo. El masaje es una actividad muy relajante que utiliza el roce superficial y otras técnicas para manipular los tejidos blandos del cuerpo. Es ideal para aliviar la tensión, para relajar, y como tratamiento para los problemas físicos y emocionales.
El masaje consiste en la manipulación de los tejidos blandos del cuerpo con técnicas específicas para promover o restablecer la salud. Los terapeutas y masajistas profesionales creen que el masaje regular del cuerpo puede liberar la tensión emocional y promover la salud física, restableciendo gradualmente toda la persona a una salud equilibrada.
Cuando existen problemas específicos de salud que se pueden aliviar con un tratamiento que incluya el masaje, es recomendable acudir siempre a un profesional.
Sin embargo, si hablamos de un masaje de relajación básico para personas sanas, nosotros mismos siguiendo unas pautas y con algunos conocimientos esenciales podemos realizarlo en casa.
Consejos
Si realizamos un masaje en casa, los siguientes consejos ayudarán a sacar el máximo partido del mismo:
• Elegir una superficie de masaje firme. Una cama no es adecuada, puesto que tiene a “ceder” bajo la presión. En vez de ello podemos esparcir varias toallas gruesas en el suelo y colocar, a continuación, una tela suave sobre ellas.
• Asegurarse de que la otra persona se encuentra cómoda.
• Relajarse y concentrarse en el masaje. Si no se está seguro de qué hacer, simplemente se debe empezar a rozar superficialmente la piel para luego concentrarse en zonas más tensas.
• Si se utilizan aceites de aromaterapia, se deben mezclar cinco gotas en una cucharada de té de aceite vegetal, como aceite de almendras por ejemplo. Se debe utilizar la mitad de la concentración para niños menores de siete años y un cuarto para niños de menos de tres. No se debe utilizar aceites esenciales para dar masaje a bebés recién nacidos.
• No se deben aplicar directamente el aceite sobre la piel de la persona. Hay que calentarlo primero en las manos. Si se añade aceite durante el masaje, hay que echarlo sobre el dorso de la mano y calentarlo antes de aplicarlo a la piel de la persona a la que se administra el masaje.
• Se debe variar la presión y la longitud de las fricciones, dejándose llevar por la persona a la que se está aplicando el masaje.
• Hay que frotar suavemente con movimientos fluidos y rítmicos, manteniendo una mano en contacto con el cuerpo en todo momento.
• Se recomienda trabajar cómodo, masajeando en dirección al corazón y terminar sujetando los pies de la persona durante unos segundos para hacer que “vuelva al suelo”
• No aplicar masaje a ninguna persona que sufra una enfermedad infecciosa en la piel, una afección inflamatoria como trombosis, esté embarazada, sufra una enfermedad crónica, sofra fuertes dolores o acabe de comer.
Siguiendo los consejos anteriores se puede incluir el masaje como una rutina más en los cuidados de salud habituales. Disfrutar de un masaje de este tipo a la semana, por ejemplo, ayudará al bienestar pisco-físico y emocional y aumentará, sin ningún tipo de dudas, nuestra calidad de vida.
Fuente: naturace.com