Como en todos los países, en México, la lucha de la mujer por ejercer sus derechos civiles, políticos, laborales, económicos y sociales ha sido un camino largo, lleno de obstáculos y fracasos, aunque a veces con avances y logros.
En el año de 1961, el 15 de Febrero, quedó instituido en nuestro país el Día de la Mujer Mexicana.
La Lic. Amalia González Caballero de Castillo Ledón y la dramaturga, Maruxa Villalta (foto) convocaron en esas fechas a una reunión, a la que asistieron mujeres destacadas, con el objeto de fundar el Comité de servicio social y cultural AC y acordaron instituir un día dedicado a la mujer mexicana. Así que teniendo como testigos a personalidades de alto nivel, quedó marcada la fecha en el calendario nacional: el 15 de febrero se conmemora el “Día de la Mujer Mexicana”.
La conmemoración de este día tiene como antecedente importante el reconocimiento de los derechos políticos de la mujer mexicana, hecho que se concretó durante el periodo del Presidente Adolfo Ruíz Cortines, quien el 6 de abril de 1956 reconoció el derecho al voto de la mujer, quedando también constituido el «Día de la Independencia Política de la Mujer Mexicana».
Desde entonces, cada año se celebra ante la necesidad de reconocer a la mujer, quien padece desde los orígenes de la humanidad y en casi todos los rincones del mundo, la desigualdad frente al género masculino, la marginación y discriminación en todos los ámbitos de su vida.
Aunque en realidad esta fecha ha quedado prácticamente en el olvido, más que una efeméride debería ser un excelente pretexto para reflexionar sobre la situación de las mujeres mexicanas en relación a las condiciones sociales en las que viven.
Y es que de acuerdo con el Estudio Nacional sobre las Fuentes, Orígenes y Factores que Producen y Reproducen la Violencia contra las Mujeres, elaborado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), reveló que de 2007 a la fecha, los feminicidios se han duplicado abruptamente. Pues mientras en 2007 la tasa de homicidios fue de 2.03 mujeres por cada 100, para 2010 creció a más del doble, 4.37 homicidios por cada 100 mujeres.
Mientras que según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del 2011, 36.9 por ciento de las mujeres solteras de 15 a 29 años han sufrido algún incidente de violencia por parte de su novio o pareja a lo largo de la relación. Este porcentaje indica que casi cuatro de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de violencia emocional, económica, física o sexual a lo largo de su más reciente relación de noviazgo.
La pregunta es: ¿Realmente hemos avanzado?
Las mujeres continuamos luchando por ver reflejadas nuestras expectativas en las políticas públicas del Estado, por gozar de un empleo mejor remunerado (sin discriminaciones o basado en la sujeción del acoso sexual), por exigir respeto a vivir sin violencia en todos los órdenes, por gozar del respeto a las prestaciones a las que por ley tenemos derecho en un trabajo y en nuestras vidas, por lograr el mejoramiento de la calidad de vida propia y de la familia, por pugnar por una mejor distribución de la riqueza y el de seguir exigiendo la acción del Estado y de todos los actores sociales y políticos para detener el clima de inseguridad que priva en los propios hogares y en el país, ya que constantemente se vulneran nuestros derechos fundamentales al vivir en riesgo permanente de ser violentadas o abusadas en nuestra integridad física, mental y emocional, afectando la dinámica propia, de las familias y de la nación en su conjunto.
En un estado democrático, hombres y mujeres debemos tener las mismas oportunidades de desarrollo, salud, vivienda, educación, independencia económica, libertad para tomar decisiones, seguridad, acceso a la justicia, entre muchos más. También podemos compartir las mismas responsabilidades sin distinción y de manera equitativa.
La Mujer Mexicana en la actualidad busca mejores oportunidades de vida, con fundamento en el reconocimiento de sus derechos, sin embargo aún prevalece la discriminación y la violencia, por lo que tenemos que continuar luchando por construir la igualdad desde la familia y en la sociedad.
Quedan muchos pendientes que merecen la atención urgente para generar los equilibrios que el país y la humanidad exigen para vivir con dignidad, justicia, productividad y equidad. Necesitamos de forma urgente el establecimiento de políticas públicas orientadas a impulsar, crear, establecer y consolidar condiciones que garanticen la igualdad entre hombres y mujeres para acceder a las oportunidades de desarrollo, justicia y protección y al empoderamiento.
Es hora de contar con programas con enfoque de género, así como impulsar iniciativas encaminadas a garantizar la igualdad de trato entre mujeres y hombres en todos los ámbitos, tanto públicos como privados.
Mujeres mexicanas, sigamos luchando por nuestros derechos y por el bienestar de nuestro género. Nos quedan muchos retos en el camino y que debemos enfrentar con unidad, solidaridad, perseverancia y mucha fortaleza. Celebremos este día con una reflexión conjunta, en una forma de alianza y compromiso para trabajar desde nuestras trincheras en la construcción de una cultura de equidad, respeto y justicia por los derechos humanos de las mujeres, seamos mexicanas o no.
Un abrazo!
Sara Díez – Crisálida Perenne