Violencia económica: arma de dominación y control

AFmedios | Sara Díez

Una de las razones por las que les ha gustado a los hombres las mujeres tímidas es porque al “protegerlas” se les domina”, dijo alguna vez un poeta. Formas de dominación hay muchas, no sólo los golpes y las agresiones verbales son violencia, también existen otras formas de maltrato contra las mujeres, y una de ellas que hasta hace poco ha sido considerada como tal, es la violencia económica.

En la violencia económica, el hombre (generalmente) usa el poder económico para provocar un daño a su pareja. La violencia económica es la segunda que padecen las mujeres, después de la emocional.

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Normalmente creemos que quien tiene el dinero tiene el poder. Se acepta que quien más aporta suele sentirse el dominante y quien menos posibilidades tiene, tiende a ver su papel en la pareja supeditado al liderazgo del otro, quien no duda en tomar la mayoría de las decisiones.

Las víctimas son privadas o tienen muy restringido el manejo del dinero y la administración de los bienes, con lo que se crea una situación de estrés en la familia, relacionado con los ingresos económicos. Las formas de violencia económica que se reportan en mayor medida contra las mujeres son: el reclamo sobre cómo gastan el dinero, la prohibición para trabajar o estudiar, la acusación de que la pareja se ha gastado el dinero destinado al hogar en otras cosas de menor importancia, la amenaza de no recibir el gasto y que el cónyuge se adueñe de bienes que eran propiedad de ella. Del mismo modo, el agresor busca evitar que la mujer tenga acceso a los bienes muebles e inmuebles que por vínculo matrimonial o de hecho ella tiene derecho y le pertenecen. Así, muchas veces el hombre pone los bienes a nombre de otra persona como forma de esconderlos o los retiene de manera arbitraria.

La violencia económica es una forma de violencia doméstica, donde el abusador controla todo el caudal que ingresa sin importarle quién lo haya ganado, manipula el dinero, dirige, y es el dueño absoluto de todos los bienes muebles e inmuebles. Es un delito que afecta a numerosas mujeres y hogares y que se extiende irremediablemente hacia los hijos de las víctimas.

Así, el agresor puede incidir de dos formas frente a su pareja:

* La primera es que él es el proveedor por excelencia, en la casa no falta nada, el refrigerador lleno, todos los servicios pagados, no se debe nada… pero todo es de él. Controla cada peso, supervisa hasta lo que se gasta la mujer en el salón de belleza, no le da efectivo a su pareja (todo es con tarjeta, pues así vigila y controla los gastos), la vivienda es de él y amenaza con quitarle todo a la mujer y dejarla sin nada, hasta con quedarse con lo hijos, con cualquier pretexto.

* La segunda es todo lo contrario. Es aquel agresor que “vive de su mujer”, pero a pesar de que ella mantiene el hogar, éste se atribuye la postura de manejar todo el patrimonio como si fuera dueño absoluto de todo y, de esa forma, fiscaliza y supervisa todos los gastos, ingresos y demás decisiones alternas. El agresor en estos casos lo hace a veces de una manera muy sutil, siempre dice que no tiene dinero, que tiene que ayudar a su madre, que le robaron la cartera, que se le perdió el dinero, que le bajaron el sueldo (nunca dice cuánto gana), algunos incluso tienen sus cuentas y bienes a nombre de otras personas, se hacen de la vista gorda, pues saben que su pareja no va permitir, por ejemplo, que corten la energía eléctrica, o saquen a los niños de la escuela, etc.

Como siempre, nuestra recomendación es que nos mantengamos alertas, pues muchas veces ocurren este tipo de situaciones casi sin darnos cuenta.

Efectos de la dependencia económica:
Uno de los efectos que tiene la violencia económica contra la mujer dentro de la familia son las relaciones de dependencia que se establecen entre ella y su proveedor económico.

La violencia económica puede tener serias repercusiones sobre la autoestima y el empoderamiento de las mujeres, lo cual las hace más vulnerables a ser víctimas de otros tipos de violencia. Si además de la violencia económica, la mujer es víctima de violencia sexual o de otros tipos de agresiones, puede ser más difícil tomar la decisión de denunciar, alejarse o abandonar a su pareja.

Para darte una pequeña idea y saber si sufres violencia económica, responde a las siguientes preguntas:

Test: ¿Sufres de Violencia económica?

1.- ¿Tu pareja te da menos gasto o se desentiende de las cuentas cuando están enojados? (luz, agua, gas, vivienda, despensa)
2.- ¿Tienes que pedirle permiso a tu pareja para comprarte un vestido o unos zapatos?
3.- ¿Él decide como se distribuye el dinero?
4.- ¿Piensa que el dinero que gana es de él y no de los dos?
5.- ¿No tienes idea cuánto gana ni dónde tiene guardado el dinero?
6.- ¿No te da gasto si no tienes sexo con él?
7.- ¿Se ha gastado el dinero que tenían asignado para determinada actividad en otra cosa sin justificación?
8.- ¿Pides prestado porque tu pareja no quiere cubrir algún gasto de la familia?
9.- ¿Controla tus ingresos?
10.- ¿Menosprecia el trabajo que haces en casa?

Evaluación
Si respondiste SÍ a más de tres preguntas: ¡¡CUIDADO, tu pareja está ejerciendo violencia económica!!

¿Qué hacer?:
En primer lugar, como en todo en la vida, debemos reconocer y admitir la situación. Sin embargo, por causas diversas, no siempre es así, pues lamentablemente, muchas mujeres no asocian la violencia doméstica con el abuso económico. Muchas de las víctimas que sufren de este tipo de abuso ni siquiera han escuchado el término. Asimismo, a menudo es difícil lograr que la mujer haga algo para detener este abuso, porque creen que su problema no es lo suficientemente serio o dañino como para intentar detenerlo. En otros casos, las mujeres permiten la violencia económica porque piensan que no son capaces de salir adelante solas, acaban por creerle a su pareja que nunca lograrán obtener un trabajo, y terminan supeditadas a la autoridad masculina.

Pero esto no tiene por qué ser así. Lo primero que debemos hacer es valorizarnos creer en nosotras mismas y convencernos de que podemos obtener nuestros propios ingresos.

Pensión alimenticia:
Cuando un hombre se niega a dar la pensión alimenticia, incumple con un mandato constitucional, pero sobre todo niega un derecho fundamental de las mujeres y de sus hijos. Esta situación, que por lo general provoca tensión en la relación de los ex cónyuges, es también una forma de violencia hacia la mujer que se deben combatir mediante disposiciones legales que pongan en claro que el cumplimiento de las obligaciones de un padre no está a negociación y, mucho menos, es voluntario.

La pensión alimenticia NO es un favor o una limosna. Es un derecho que, en dado caso, debe exigirse a través de los mecanismos adecuados para que sea proporcionada por quien tiene la obligación legal de hacerlo.

Mujer, estarás de acuerdo con que necesitamos oportunidades dignas y equitativas para trabajar, pero también requerimos que nuestra labor en el hogar y el trabajo del cuidado familiar, el que garantiza la vida de toda la sociedad , sea reconocido y valorado social y económicamente.

Las mujeres no podemos seguir siendo violentadas en ninguna forma. Basta de transmitir mitos y estereotipos que solo nos han perjudicado: «Yo pago, yo controlo, yo maltrato, yo decido, yo golpeo…» El control del dinero como arma de poder sobre las mujeres debe ser sancionado del mismo modo que cuando se ejerce cualquier otro tipo de violencia.

Nunca olvidemos que un derecho fundamental de todas las mujeres es vivir sin violencia, así como tener una vida digna, por lo que la violencia económica es sara_diezun delito que debe denunciarse y quien la ejerza, de la forma que sea, debe ser sancionado conforme a las leyes.

Un abrazo!
Sara Díez – Crisálida Perenne
[email protected]

Fuente:
http://mujersincadenas.blogspot.mx/2012/02/violencia-economica-delito-machista.html

3 COMENTARIOS

  1. Acabo de salir de una relación por violencia económica. No tenía dinero ni para un corpiño, ir a la peluquería, o tomar decisiones en la casa. Todo lo decidía él. Pasé a ser nada a su lado. Espero superar y salir adelante. Yo trabajo, gano muy poco. Pero podré salir. Saludos!

  2. Me encuentro en una situación complicada, no sé si es violencia económica pero tengo la impresión de que es abuso económico.
    Mi marido y yo estamos en régimen de separación de bienes, tiene una hipoteca de una casa adquirida en su anterior matrimonio, le pasa una pensión alimenticia su hija y además su hijo vive en esa casa por lo que también paga los alimentos, luz, agua, internet.
    Desde que nos casamos hace casi dos años vivimos en un piso de mi propiedad pero NUNCA ha participado en los gastos de alimentación y suministros de nuestra vivienda. Siempre lo he tenido que pagar yo todo porque según él yo estoy en mejor posición.
    Actualmente estamos sufriendo una crisis de pareja debido a que mi hijo se va a estudiar fuera unos meses y debo pagar esos gastos por lo que estamos muy justos para llegar a fin de mes.
    Me siento abusada, menospreciada y angustiada hasta tal punto que me estoy replanteando mi matrimonio pues él no da un paso en ningún sentido.

    Que puedo hacer?

    Gracias

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