Una comisión de la Asamblea General de la ONU adoptó una histórica resolución en favor de los defensores de los derechos de las mujeres, como Malala Yousafzai, pese a una fuerte campaña en contra.
Una coalición encabezada por Noruega, que preparó durante meses la resolución, debió eliminar lenguaje que condenaba «todas las formas de violencia contra la mujer» para que el texto fuera aprobado por consenso a última hora del miércoles. Países africanos, el Vaticano, Irán, Rusia, China y estados musulmanes conservadores intentaron debilitar la resolución aprobada por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, dijeron diplomáticos y activistas.
La campaña por los defensores de los derechos de la mujeres tuvo un fuerte impulso en los últimos meses debido a Malala, la adolescente paquistaní que sobrevivió a un disparo en la cabeza de manos de los talibanes por su lucha en favor de la educación para las niñas, y a Denis Mukwege, el médico de República Democrática del Congo obligado al exilio por ayudar a las víctimas de violaciones. Ambos han sido nombrados candidatos al Premio Nobel de la Paz de este año.
La resolución llama a todos los países a condenar públicamente la violencia contra los defensores de los derechos de las mujeres, a reformar las leyes que entorpezcan esa tarea, y a brindar libre acceso a los activistas a los cuerpos de la ONU. «La comunidad internacional ha enviado un mensaje claro. Es inaceptable criminalizar, estigmatizar o restringir a los defensores de los derechos humanos de las mujeres», dijo Geir Sjoberg, principal negociador del Gobierno noruego de la resolución. Agregó que el objetivo clave ahora es asegurarse de que los gobiernos se comprometan a respetar la resolución, que fue acordada tras difíciles negociaciones. «Hay un importante desfase entre las realidades de las mujeres valientes en el terreno y lo que se acordó. El auténtico trabajo comienza ahora», agregó Sjoberg.
Los países africanos bregaron por mantener el respeto a las tradiciones y costumbres. Rusia, Irán y China insistieron en que debía quedar sentado que los defensores de los derechos debían respetar las leyes nacionales, dijeron diplomáticos y activistas.
Al final, Noruega aceptó eliminar un párrafo que decía que los estados debían «condenar enérgicamente todas las formas de violencia contra la mujer y contra los defensores de los derechos humanos de las mujeres, y evitar invocar costumbres, tradiciones o consideraciones religiosas para eludir sus obligaciones».
Más de 30 países europeos, incluyendo Francia, Gran Bretaña y Alemania, se retiraron como copatrocinadores de la resolución en protesta por esa concesión.
Islandia se mantuvo como copratrocinadora, pero su embajadora en ante la ONU, Greta Gunnarsdottir, estimó que la concesión era «una mala puntuación» para la Comisión de la ONU.
El Vaticano lideró a los opositores a las referencias a los riesgos que enfrentan aquellos que trabajan en favor de los derechos de salud sexual y reproductiva y de género, dijeron activistas que siguieron las negociaciones.
Grupos activistas dijeron que la Comisión de la ONU debió haber resistido con firmeza los cambios.
Defensores de los derechos de las mujeres a menudo «desafían valores y prácticas tradicionales religiosas y culturales, que subordinan, estigmatizan o restringen a las mujeres» cuando asumen sus derechos sexuales y de género, señaló Eleanor Openshaw, del International Service for Human Rights.
Mujeres ganadoras del premio Nobel y ‘Los Ancianos’, el grupo de exlíderes mundiales que incluye al exmandatario estadounidense Jimmy Carter y el exsecretario general de la ONU Kofi Annan, habían manifestado su apoyo a la resolución.
La estudiante paquistaní Malala Yousafzai, que fue atacada por talibanes, tras recibir el premio Sajarov que otorga el Parlamento Europeo, el 20 de noviembre en Estrasburgo