La importancia de prevenir y atender el Síndrome del Ama de Casa

Sara Díez | AFmedios

Ser ama de casa no es tarea fácil, pues implica una ardua e invisible profesión que entraña innumerables riesgos: Despertar a los niños, preparar el desayuno, vestir a los niños, llevarlos al colegio, pensar en la comida del día, limpiar, coser, comprar, planchar la ropa del marido y de los hijos, preparar la comida, barrer, sacudir, lavar, tender, acomodar la ropa, poner la mesa, recoger la mesa, lavar los platos, hacer la limpieza de la cocina, la limpieza del baño, cuidar las plantas, cambiar los focos, planificar los gastos, limpiar los cristales, así como la disciplina y la educación de sus hijos sin olvidarse de sus “deberes” como mujer.Todo esto son apenas unas pocas de las muchas tareas del ama de casa, la cual muchas veces hace demasiado, sin reconocimiento, y sin que ella misma disfrute del día como tanto merece.

La gente desconsiderada acostumbra decir: “¡qué suerte tienes de estar en la comodidad de tu casa!”, pero la realidad es que es un arduo y desgastante trabajo no reconocido, donde la rutina, la falta de agradecimiento y la desvalorización, suelen ser comunes. Millones de mujeres en el mundo se dedican a las labores del hogar y, muchas de ellas padecen sin saber, el denominado «Síndrome del ama de casa», una serie de trastornos físicos y psíquicos que abarcan desde la migraña o la inapetencia sexual hasta la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el alcoholismo, entre otros.

Poca o ninguna atención se le pone a lo que la mujer enfrenta, como los riesgos a su salud física y mental. El cuidado del hogar, hijos, esposo y todo lo que conlleva el buen funcionamiento de un hogar, es una industria muy demandante que la mujer lleva sobre sus hombros. El hombre está acostumbrado a pensar que trabajar fuera de casa es mucho más pesado e importante; motivo por el cual siente que después de trabajar ocho horas, tiene todo el derecho a ser atendido por la esposa, ya que después de todo, ella «se la pasó todo el día cómodamente en casa». Desafortunadamente muchos están educados bajo estos preceptos y por ello les es tan difícil aceptar que quizás su trabajo no sea tan desgastante como el de ella; y sin embargo a quien se lo remuneran es a él (y no es una idea feminista, si una realidad que día a día viven millones de mujeres).

Frecuentemente, la mujer se siente frustrada y se exige a sí misma todavía más, pretendiendo ser perfecta en sus labores para ganarse el reconocimiento familiar o, simplemente, para sentirse realizada en algo. Todo ello la lleva a tener actitudes y conductas de excesivo perfeccionismo, aumentando su nivel de estrés.

Las mujeres que además trabajan fuera del hogar, casi siempre llevan la mayor parte de obligaciones, porque además de todo lo que conlleva el buen funcionamiento de una casa limpia e hijos bien cuidados, tiene también la obligación de cumplir con un horario laboral, porque al ser una de las partes contribuyentes y muchas veces la única, la obliga a dividirse en dos y se olvida de si misma siempre pensando en los demás y sin darse cuenta llega a la depresión.

Evidentemente no todas las situaciones son iguales y seguramente habrá amas de casa que se sienten valoradas y apoyadas en lo que hacen, pero también es cierto que la gran mayoría comparten muchas insatisfacciones. Las causas de la «enfermedad del ama de casa» radican en el tipo de trabajo que desempeñan: rutinario, desagradecido e infravalorado. Las tareas del hogar afectan el aparato locomotor; la actividad física recae, sobre todo, en huesos, músculos y articulaciones. Durante las labores, realizan múltiples flexiones: para recoger objetos, hacer camas, lavar, limpiar y tender la ropa, cargar a los hijos, así como infinitos levantamientos de peso son pruebas ineludibles para conseguir la licencia de ama de casa. La actividad del ama de casa repercute sobre todo en los huesos, músculos y articulaciones. Las articulaciones son agredidas una y otra vez (existen estudios que avalan que nos agachamos un promedio de 200 veces al día).

Tampoco hay que pasar por alto los peligros que se esconden en las casas, accidentes domésticos provocados por abrasivos limpiadores, por el fuego de la cocina o caídas. Las estadísticas demuestran que las amas de casa encabezan las listas en lo que a depresión, estrés, insomnio, artrosis y problemas vasculares se refiere.

PATOLOGÍAS DEL AMA DE CASA:

• Alteraciones articulares: artritis, artrosis, lumbago, ciática. Están causadas por exceso de carga y movimientos incorrectos.

• Fatiga, cansancio y estrés. Como consecuencia de la acumulación de trabajo a determinadas horas.

• Depresión. Ante la falta de motivaciones, alicientes y estímulos.

• Accidentes domésticos. Quemaduras, cortes, golpes…

• Sobrepeso. Por la tendencia a comer entre horas, falta de ejercicio físico regular, sedentarismo…

• Ansiedad. Temor a lo desconocido.

• Disminución del apetito sexual. Como consecuencia del estrés, del cansancio, de la rutina.

• Irritabilidad. Por las continuas frustraciones en los horarios y en los objetivos.

• Cefaleas. Por alteraciones físicas o por estrés y cansancio.

• Hipertensión arterial. Causada por los estados de estrés y sobrepeso

 

CAUSAS PRINCIPALES:

• Exceso de trabajo.

• Sentimiento de rutina.

• Falta de reconocimiento.

• Falta de compensación.

• Nivel de autoexigencia.

 

PROBLEMAS COMUNES:

• Deterioro del clima de convivencia.

• Crisis de pareja.

• Trastornos psicosomáticos.

• Compensaciones perniciosas (comida, alcohol, fármacos).

El «síndrome del ama de casa» existe y lo padecen infinidad de mujeres alrededor del mundo y se caracteriza por síntomas tanto físicos como psicológicos que deben detectarse a tiempo para ponerle freno. Acuda al médico y explica detalladamente tanto las molestias corporales como emocionales, pues podrías evitar enfermedades como: depresión, ansiedad, adicciones asociadas, síndrome del nido vacío, trastorno obsesivo compulsivo (toc), cansancio inexplicable (astenia), entre otras.

RECOMENDACIONES:

Tratemos de pensar en nosotras mismas, buscando las soluciones en las que la beneficiada es y debe ser el ama de casa, teniendo siempre presente que si nosotras no lo hacemos por nosotras mismas, ¡nadie más lo hará! La mujer ama de casa debería incorporar actividades que la hagan sentirse cómoda y satisfecha consigo misma, tratar de disminuir el trabajo de la casa, asignando actividades a los hijos que ya estén en edad de contribuir, aun en una mínima parte, evitar la auto exigencia, aceptar sus propios límites, revisar constantemente la autoestima y trabajar en ella.

Evita frases como: “A nadie le importo”, “No soy buena para nada” o “Hasta el perro es más importante que yo”

• Toma de conciencia

• Regula el ritmo de trabajo, busca ayuda o rebaja el nivel de autoexigencia.

• Evita hacer siempre las mismas cosas y a la misma hora. Incorpora autogratificaciones.

• Concienciación familiar, aceptación de gratificaciones

• Disminuye el trabajo, incorpora actividades alternativas gratificantes.

• Acepta tus propios límites. Regula el trabajo por debajo del nivel de saturación.

• Revisa tu autoestima.

• Contrata ayuda, si es posible.

• Dedícate un tiempo. Realiza algún ejercicio, camina, cuida tu apariencia. No descuides tu imagen.

• Para todo hay tiempo: Hijos y amigos, cada uno en su sitio

• Implícalos a todos en las labores del hogar

• Reparte tareas

• No hagas más de la cuenta

• Rompe la rutina

• Realízate de forma personal, profesional y productiva, de ser posible, fuera de tu hogar aunque sea por algunas horas. Te servirá para tu autoestima, para adquirir seguridad en ti misma, para volverte autosuficiente e independiente, tanto a nivel económico como emocional. Te sentirás muy bien en una actividad remunerada, aunque sea por unas horas al día

MUJER, expresa tus pensamientos o sentimientos, busca tiempo libre para realizar alguna labor que sea de tu agrado como leer, escribir, ejercitarte, bordar o estudiar; esas actividades pueden convertirse en un aliciente. Nunca está de más un simple abrazo, un beso, una rosa, un «gracias» o un «te quiero», acciones que podrían salvar el estado emocional de miles mujeres que viven entregadas a los demás, haciendo a un lado su propia persona…¡la más valiosa!

Un abrazo!

Sara Díez – Crisálida Perenne

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Fuente: crisalidaunaesperanzaperenne.blogspot.mx