Año nuevo, Mujer nueva

Otro año está a punto de tocar a su fin y una vez más, sin apenas darnos cuenta, repasamos y hacemos balance de estos últimos 365 días que hemos vivido. ¿Qué te ha traído este año? ¿Quién has sido y por qué? ¿Qué te está faltando o qué quisieras cambiar en tu vida de cara al inminente año nuevo? ¿Qué necesitas que sea diferente para poder respirar? Es probable que frustraciones y esperanzas se agolpen en tu corazón en este momento. Cada primero de Enero llega disfrazado de fulgurante inicio, y el nuevo año parece traer consigo 365 oportunidades para cambiar todo aquello de nuestra vida que no nos satisface. Es así como se originan interminables listas de propósitos llenos de ambición que, en la mayoría de los casos, nunca se llegan a cumplir y quedan olvidados en menos de dos semanas. ¿Cómo es posible?¿Dónde está la clave del éxito? El secreto es tan simple como delicado: querer es poder.

Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón”, Marguerite Yourcenar

¿Tienes retos para el año que viene? Pon por escrito tu lista de propósitos y, una vez acabada, analízala con atención. ¿Cuántos de esos objetivos te hacen palpitar de emoción? Sinceramente, ¿cuántas de esas cosas quieres de verdad de la buena? Si tu lista es tan solo una suma de obligaciones que te tienes planeado autoimponerte, más vale que la tires ahora mismo y no pierdas ni un minuto más. La diferencia entre el éxito y el fracaso radica en el querer con mayúsculas, en el desear, en ser capaz de escuchar más al corazón y menos a la cabeza, porque sólo las emociones lograrán que pases a la acción. Cada vez que planteas tus propósitos de año nuevo en base al racional “tendría que”, los estás condenando directamente al fracaso. Y tú te estás condenando directamente a la frustración de no ser capaz de conseguir lo que te propones.

Si aún no has tirado esa lista, échale otro vistazo, esta vez con más cariño. Y pregúntate, con honestidad: ¿para qué quieres cada una de esas cosas? En el fondo, ahí hay algo que necesitas y para lograrlo es imprescindible separar el grano de la paja. Por ejemplo, detrás del tan cacareado “ir al gimnasio” puede haber una necesidad de sentirse mejor contigo misma o más sana. Y detrás del tan habitual “perder peso” es muy probable que haya una necesidad de aceptar a esa mujer que ves cada mañana en el espejo y que los demás también la acepten, una necesidad de quererte más. Una vez que hayas identificado el valor que hay detrás de cada propósito, pregúntate si hay alguna vía alternativa para conseguirlo, algún  camino que te resulte más atractivo. Por ejemplo, para aceptarte y ser aceptada quizá no es necesario que pierdas peso, y el tema pasa más por cambiar ciertas actitudes ante ti misma y ante los demás. Si quieres conseguir tus objetivos, debes tener muy presente cuál va a ser la recompensa de ese esfuerzo que estás dispuesta a realizar. Y dicha recompensa debe estar directamente relacionada con tus necesidades, con tus ilusiones, con tusesperanzas, con tus sueños. Sólo así podrás cambiar tus hábitos y convertir tus propósitos en realidad.

No se tira un hábito por la ventana; debe salir por la escalera, escalón por escalón”, Horacio Krell

Los humanos somos seres de hábitos y, aunque cambiar un hábito no es simple, si la recompensa colma de verdad el corazón, valdrá la pena trabajar por ello. Si estás dispuesta a fijarte unos propósitos que conviertan tu vida es ese tipo de vida que te vale la pena vivir, aquí tienes los ingredientes necesarios para llegar a hacerlos realidad:

  • Pasión: tus propósitos deben estar llenos de genuina ilusión, porque si tu corazón no está implicado es muy difícil que lleguen a cumplirse. Por una vez, dale voz
  • Autodisciplina: cambiar tus hábitos no va a ser sencillo, y es absolutamente imprescindible que tu compromiso contigo misma sea muy potente. Se trata de cambiar el “tendría que” por el “quiero” y ser consecuente
  • Paciencia: está claro que dos semanas no son suficientes para cambiar hábitos que quizás están instalados en ti desde hace años, así que ten paciencia contigo misma y date el tiempo que sea necesario
  • Visualización: no se trata de algo místico. Se trata de que no conseguimos nada que previamente nuestra mente no haya sido capaz de imaginar. Así pues, visualiza cómo vas a ser tú y cómo va  a ser tu vida cuando hayas logrado eso que deseas. La visualización de la recompensa es el alimento para tus sueños
  • Actitud mental positiva: recuerda que eres mucho más fuerte de lo que te crees y, si te lo propones, eres capaz de conseguir mucho más de lo que ahora te parece razonable. Las personas tenemos un potencial enorme que habitualmente no usamos 

En resumen, si te estás planteando nuevos retos para este nuevo año que está a punto de comenzar, procura que sean pocos, claros, simples y, sobre todo, muy poderosos. Los propósitos que te inspiran y te apasionan son los que tienes más probabilidades de acabar consiguiendo. Pasión y compromiso contigo misma son las claves para lograr que este 2014 sea diferente para ti. Esta vez, sí. Mucha fuerza y feliz año, Mujer Poderosa.

Y tú, ¿quieres dar un vuelco a tu vida y no sabes cómo? ¿Llevas años proponiéndote objetivos que nunca se cumplen? ¿Eres consciente de que tienes la fuerza y la capacidad necesarias para lograr cualquier cosa si realmente la deseas?

Un abrazo bien fuerte,                                                                                                  

Maika

P.D.: Si quieres saber más sobre cómo decidir lo que quieres y encontrar la manera de lograrlo, aquí vas a encontrar lo que necesitas.

1 COMENTARIO

  1. Cuando decimos: ‘Hay que dejar hablar al corazón sin escuchar la cabeza’, o al revés, ¿es eso posible? No lo es, porque la vida es la unión del todo, de la mente, del pensamiento, del cuerpo y su cerebro. De manera que cada cosa determina a la otra.
    Ahora bien, falta saber si podemos ir más allá de todo ese conglomerado que somos. No lo sabremos si no nos ponemos a prueba, si no pasamos por eso, de primera mano.

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