Y aunque pareciera que no existen formulas mágicas para un buen matrimonio, las investigaciones sobre lo que hace funcionar a un matrimonio demuestran que las personas con un buen matrimonio han realizado las siguientes «tareas» psicológicas.
• Separarse emocionalmente de la familia en la que crecieron, no al punto del distanciamiento, pero lo suficiente para que su identidad sea distinta de la de sus padres y hermanos.
• Desarrollar la unión en base a una intimidad e identidad compartida, y establecer simultáneamente límites para proteger la autonomía de cada miembro de la pareja.
• Establecer una relación sexual plena y placentera y protegerla de las intromisiones del lugar de trabajo y las obligaciones familiares.
• Para las parejas que tienen hijos, asumir el gran rol de la paternidad y absorber el impacto de la llegada de un bebé.
• Aprender a seguir trabajando para proteger la privacidad como pareja.
• Enfrentar y dominar las crisis inevitables de la vida Mantener la fortaleza del vínculo conyugal ante la adversidad.
• El matrimonio debe ser un refugio seguro en el que la pareja sea capaz de expresar sus diferencias, enojos y conflictos.
• Usar el humor y la risa para mantener las cosas en perspectiva y evitar el aburrimiento y el aislamiento.
• Nutrir la relación y apoyarse mutuamente, satisfaciendo las necesidades de cada cónyuge en cuanto a la dependencia y ofreciendo aliento y apoyo continuo.
• Mantener vivas las primeras imágenes idealizadas y románticas de cuando se enamoraron, al tiempo que se enfrenta la realidad tal cual es, y a los cambios causados por el tiempo.
Y estas fueron las “tareas” que nos comparte la Psic. Milagro Mendoza- desde Venezuela.
Fuente: APA